30.7.09

La Muerte y La Vida

En este poema hay que tener en cuenta la descripción que hace Manuel Rivas en "El lápiz del carpintero". Dice que la muerte va totalmente de negro, excepto los zapatos que son blancos. La vida, que va de blanco, lleva los zapatos negros.

Resplandeciente negro,
opaco blanco.

Caras opuestas,
trabajos distintos.

Amo del buitre,
adiestrador de cuervos,
cuando llegas ellos se sustentan
de la carne corrompida,
de los sesos desparramados.-

-Zapatos divinos,
relucientemente blancos.
Traje negro,
como una caries.
Sonrisa atractiva,
brazos acogedores
ojos vacíos y estremecedores
eres de lo más tentador.
¿Pero qué espera más allá?
Calma, Calma y más Calma.
O quizás no me espere Nada,
una Nada negra y terrorífica.

Creo que me aferraré a mis recuerdos,
a los brazos del sufrimiento,
a la tortura del día a día,
a la melancolía.

Traje de luz,
prende el fuego mortal.
zapatos de oscuridad,
pisadas de alegría.
Ojos profundos y esperanzadores,
sonrisa amarga,
brazos cansados,
eres menos tentador que tu mellizo.
Pero sé qué me espera.
Dolor, Dolor
pero también la alegría,
la oportunidad de ser feliz.

21.7.09

Distintos Caminos

No hay nada como saber que estás aquí

que extenderás tu mano para coger la mía

que te adentrarás al oscuro túnel para guiarme.

Y sin embargo,

estás tan lejos,

maldigo nuestra suerte

pues un día nos conocimos

pero aún no nos hemos visto

aún no hemos contemplado

el cielo estrellado

juntos,

tú y yo de la mano

mas quizás nos veamos

antes de que la muerte nos aceche.

El destino nos ha unido

nos puso mirando al mismo sitio

pero vamos por carreteras diferentes.

Tal vez algún día nos encontremos

en el mismo lugar, en la misma ciudad

quizás veamos nieve o un volcán

quizás huela a flores o a sal.

20.7.09

Quisiera

Quisiera saber expresar lo que siento

una ráfaga de sentimientos invaden mi cuerpo

como las olas que acaricia la costa

como un susurro, un suspiro,

algo tan sencillo pero a la vez tan intenso

como aquello que no es más que un pensamiento

pero que va más allá de lo palpable,

lo imaginable, que cruza las puertas de la realidad.

Quisiera saber decirte lo que pienso

cada vez que tu presencia está cerca,

que tu voz no se aleja como lo hace en mis sueños,

que las ganas de que te sientes a mi lado

hace que cometa tantas estupideces

como aquella vez en el parque,

que no me salgan las palabras

cuando, personalmente, te diriges a mí.

Quisiera saber contarte que por ti muero

que por ti en el estómago siento un agujero,

que no hago más que reír como a un bebé

al que le hacen cosquillas cada vez

que te veo aparecer reflejando

en mis pupilas un brillo entusiasmado,

que me siento cada vez peor cuando veo

que te sientas al lado de tu chica.

¿Por qué no seré capaz?